Camilo Soto, tras el título: «Esta Copa Panamericana invita a seguir creyendo»

by Sergio Lopez
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Argentina celebró un título en la Copa Panamericana Sub 23 Masculina con una camada de jugadores que, en cuatro años, venía arañando la posibilidad de un festejo grande. Buena parte del mismo equipo que en el 2015 quedó en la puerta de la gloria máxima en México, al perder la final del Mundial Juvenil ante Rusia 3-2, ahora festejó, también en México, un título importantísimo, junto a la clasificación al Campeonato Mundial Sub 23.

Para la realidad del vóley argentino ya el subcampeonato mundial tenía su propia gloria, pero, claro, para los jugadores terminó en sabor amargo, en dolor por la derrota. Hoy todos coinciden en que, por fin, lograron un título.

El entrenador que llevó al equipo a este festejo fue Camilo Soto, junto a un cuerpo técnico sólido integrado por Gonzalo Barreiro (Asistente), José Saucedo (Estadístico), Sebastián Carotti (PF), Mariano Alzogaray (Kinesiólogo) y Aldo Bustos (Médico). Soto, como jugador, sabe de festejo panamericano, porque es uno de los integrantes del título en los Juegos Panamericanos de 1995 en Mar del Plata, uno de los hechos destacados de nuestra historia deportiva.

Jugador campeón de Liga Argentina con Olympikus de Azul (Azul Vóley) en la temporada 2000/2001 y subcampeón un año antes, supo ser parte del gran Gigantes del Sur finalista de la Liga 2006/2007 (Ver Especial Liga 06/07), tan identificado como estaba desde su Picún Leufú natal, allá donde su padre Miguel hizo escuela voleibolera.

Camilo Soto Copa Panamericana (3)

En Gigantes se convirtió en entrenador, sucediendo en el cargo al hombre que le dio identidad al proyecto, Alejandro Grossi. Y hoy, las vueltas de la vida lo ponen en un amplio cuerpo técnico de Selección junto a Grossi, quien fuera justamente el conductor del subcampeón del mundo Sub 21 el año pasado.

Soto entiende que el resultado conseguido es una consecuencia. “Es el fruto de un trabajo que realizaron estos jugadores y sus entrenadores desde las bases, desde menores. Nosotros les decíamos que ser subcampeones del mundo ante un equipo como Rusia era espectacular, y que el pasaje de juveniles a Sub 23 era grande, porque empieza a tallar la diferencia física ante grandes equipos como Cuba. Con todo eso, ellos fueron por más y lograron el triunfo”, sentencia.

En su cuarto año como entrenador desde que tomó las llaves de su casa en Gigantes del Sur, ahora administra uno de los departamentos de las selecciones argentinas y dice: “Para mí, como entrenador integrante de este cuerpo técnico de selecciones se aprende todos los días. Coronar el primer ciclo de trabajo después de tres finales con un título es algo espectacular y sobre todo ante un rival como Cuba. Es una sensación muy linda. Además, es un privilegio conducir a este grupo que estuvo con Alejandro Grossi y con Valentín Rolandelli jugando una final mundialista el año pasado en categoría juvenil. Nosotros teníamos la responsabilidad de que siguieran por el mismo camino y acompañar su crecimiento. La diferencia física va en contra nuestro, pero esta Copa Panamericana invita a seguir creyendo en la manera en la que estamos trabajando.”

Sobre su carrera, Soto tiene una certeza. “Siento que estoy empezando a madurar en algunas cosas. Es el cuarto año como entrenador sin pasar por ser asistente al inicio con Gigantes del Sur. Al principio es difícil sacarse el chip de jugador y ver la cosa desde el otro lado”, asegura.

Camilo Soto Copa Panamericana (2)

Los conceptos que sobrevuelan su crecimiento son varios: “Madurar en la conducción de un equipo, de un staff, buscar calidad y eficiencia, apuntar más en el hacer y menos en el hablar”. Casi nada. Pero algo lo arrebata ahora, y allí hay una marca impuesta por el ciclo Velasco, incluso en las palabras: “Estoy empezando a sentir lo fascinante de nuestro rol, que es encontrarle la tecla a cada jugador para que nos dé lo mejor de él, ya que no todos son iguales y la tecla de algunos es muy difícil de hallar. Es algo que estamos aprendiendo de Julio, buscarle la vuelta una y otra vez”.

Justamente, surge la pregunta. Camilo, ¿Cómo es trabajar con Julio Velasco?

“Es algo fascinante. Uno se siente privilegiado y a la vez con una gran responsabilidad. Primero, de cumplir el rol que nos asigna de manera «eficiente» y, segundo, de aplicar lo que aprendemos día a día en los equipos que tenemos a cargo. Es una de las razones por las cuales esta medalla nos llena de satisfacción a todo el staff”.

Luego de la temporada internacional con la Selección, viene un nuevo desafío con Gigantes. Soto se siente a gusto con el equipo: “Estoy muy contento con el plantel que logramos conformar. Con buena experiencia y equilibrado en promedio de edad, lo que nos permite entrenar mucho y buscar calidad en todo momento para lograr jugar bien al vóley, que es lo más difícil. Es la única manera de equilibrar la desventaja física que podemos tener respecto de otros equipos, y también la forma de marcar diferencia con los que son iguales a vos. Para ello, también es necesario tener calidad en las condiciones de trabajo y en eso se está trabajando. Ojalá podamos lograrlo.”

Martín De Rose
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