Entero o a pedazos pero voy: Once Unidos, herido pero con su fuerza interior intacta, emocionó desde Paraná hasta Mar del Plata con su primer triunfo

by Eugenia Candal
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La frase de Catupecu Machu es la más acorde para su presente. Seguramente cuando se gestó, se desarrolló y nació la participación de Once Unidos en la Liga A1 jamás imaginaron que podían pasar tantas adversidades al mismo tiempo. Sobre todo, después de su camino en la Copa RUS en su casa con resultados deportivos y como estructura claramente positivos.

Pero el destino no está escrito y situaciones ajenas a eso tiñeron este paso del equipo marplatense en una verdadera pesadilla. Hasta ayer.

La historia comienza unos días antes del viaje a Paraná cuando cuatro jugadores (Tomás Russo, Bautista Gazaba, Joaquín Aquindo y Lucas Conde) no pudieron subirse al micro por dar positivo de Covid-19. Primer gran golpe para el grupo que viajaba a Entre Ríos con toda la ilusión. Tampoco pudo viajar Raúl Gazaba, manager y uno de los motores del proyecto.

“Once Unidos más que nunca”, escribió uno de ellos al viajar con once jugadores y bajo esas circunstancias. Llegó el día del debut en la máxima categoría contra Defensores de Banfield y apenas amanecía el partido, el capitán y emblema del equipo, Juan Ignacio Macció sufrió una dura lesión en su tobillo que lo sacó de toda esta etapa. Segundo golpe.

Había que seguir adelante y pasó el segundo partido contra Obras con una nueva caída. Después de una jornada de descanso llegó el día de jugar contra Ciudad pero, nuevamente, otra mala. Iván Quiroga sufrió una gastroenteritis y ni siquiera pudo ir a la cancha. Tercer golpe.

Parecía que nada más podía pasar e incluso se había sumado Aquindo al equipo. Sin embargo, en la última jugada del partido contra Ciudad cuando la derrota ya estaba casi consumada, un choque entre Marcos Richards y Mauro Zelayeta dejó a este último con un fuertísimo golpe en su mano derecha. Cuarto golpe.

Impotencia, tristeza y bronca, las sensaciones comunes. Sólo 15 horas después de eso, Once Unidos se presentó a jugar contra UVT sin poder contar con Quiroga ni Zelayeta, además de las bajas anteriores.

Pero cuando menos lo imaginaban, llegó la luz al final del túnel. En un partido de más de 2 horas y media de juego y con agobiante calor, Once Unidos ganó 3-2 para un desahogo eterno. La primera victoria de su historia en la A1, sin dudas, de película y de la forma menos imaginada jamás.

María Eugenia Candal
@euge_candal

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