La historia de Karina René, la primera árbitro argentina en dirigir la final de un Mundial

by Sergio Lopez
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El miércoles por la tarde, tres días después de su gran día, llegó a la Escuela 19 del Distrito Escolar N° 11, allí por Parque Avellaneda en Capital Federal, donde es Profesora de Educación Física. Volvió a su vida cotidiana. El reconocimiento de los chicos fue una parte, la decisión del Director del colegio de pegar en la cartelera la nota de Somos Vóley sobre su día soñado, fue una especie de homenaje y las felicitaciones de la Supervisión de Educación Física del distrito, cerró el combo.

Había llegado Karina René, la primera árbitro argentina en dirigir la final de un Campeonato Mundial. En la mañana de ese miércoles no había podido ver a sus alumnos porque la Escuela de Danzas N° 2, de Villa Luro, donde también es profe, estaba tomada por un reclamo.

Un día más tarde, en la entrega de premios de un torneo intercolegial, Karina recibió un reconocimiento delante de toda la escuela y un cartel con la información que sus mismos alumnos buscaron en internet.

El pasado domingo Karina René, nacida hace 41 años en Capital Federal, cumplió una parte de sus sueños cuando fue nominada para dirigir la final del Campeonato Mundial Sub 23 de Eslovenia entre el local y Turquía. Con ese partido, que ganó 4 a 0 el equipo turco, Karina fue la primera árbitro mujer de la Argentina en dirigir una final mundialista y continuó haciendo historia en el arbitraje de nuestro país.

Ella misma fue la primera árbitro internacional, allá por el 2010 cuando recibió en el curso de Aspirantes a Árbitro Internacional realizado en Buenos Aires. Dato: Ese curso fue organizado por el Centro de Desarrollo Regional FIVB, que funciona en la Argentina. Aprobó, y fue entonces cuando inició su despegue internacional que, ahora, coronó en base a sus rendimientos.

Karina tiene madera voleibolera. Jugó en River, en las inferiores, hasta Juveniles, y llegó a División de Honor. Luego pasó por Ferro, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (GEVP) y Universidad de La Matanza (UNLAM). Un par de años atrás volvió a despuntar su pasión por el juego en el Maxivóley Podio, un torneo que crece año tras año en Buenos Aires.

Mamá de Valentín y de Martina, casada desde hace 17 años, se recibió en 1998 en el Romero Brest, uno de los más prestigiosos institutos de Educación Física. Allí en el profesorado comenzó a dirigir: “Pedían estudiantes para los Juegos Nacionales, hicieron una prueba Fernando Iglesias y Genaro López y quedé. Me gustó e hice el curso. Empecé a dirigir como árbitro de la Federación Metropolitana en 1999”.

Pasó por torneos importantes como juez de línea en Argentina: Copa América 2001, Liga Mundial y Campeonato Mundial 2002, todo en el Luna Park. En el 2001 había completado el Curso de Árbitro Nacional. “En 2012 dirigí mi primera final sudamericana en Perú y a partir de ahí empecé a tener designaciones de la FIVB en el Grand Prix, Mundiales sub 20, Sub 23 y de clubes”, recuerda.

Hubo que esperar varios años para que la mujer pudiera ocupar un lugar más importante en el arbitraje. Hoy, bajo la conducción de Guillermo Paredes como Presidente de la Comisión de Arbitraje de la FIVB, una nueva etapa está en curso. “Para Argentina es histórico”, reconoce Paredes, “evidentemente no es casualidad y es un orgullo inmenso porque en cada evento que es convocada siempre demuestra su calidad como árbitro y como persona”.

Está claro, este año Karina dirigió la final del Master de Montreux (en el que debutaron Las Panteras) en Suiza, la final del Grupo 2 del FIVB Grand Prix  y la final del Campeonato Mundial Sub 23. No, no es casualidad.  Para cerrar, Paredes no deja dudas: “Para una final, un árbitro se elige por su trabajo a lo largo de toda esa competencia… el mejor árbitro para el mejor partido”.

“No es fácil para una mujer, mucho más teniendo hijos, pero si me preguntan siempre recomiendo seguir adelante”, cuenta quien debió parar dos años por su maternidad. “Hay que aprovechar las oportunidades, más ahora que se está buscando que haya más mujeres, es un buen momento, porque antes era casi imposible que llegara una mujer”, subraya.

¿Su sueño? “Llegar a los Juegos Olímpicos… calculo que debe ser el sueño de cualquier persona que ama el deporte”. Y allá, como espejo de ese sueño están Susana María Rodríguez Jativa, de España, y Patricia Rolf, de Estados Unidos, que dirigieron la final olímpica en Río 2016 entre China y Serbia, como la primera dupla femenina olímpica de la historia. El tiempo no está cambiando, tan sólo está acomodando las cosas.

Martín De Rose

 

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