Mientras Bolívar y UPCN esperaban para recibir su trofeo del campeón y subcampeón de la Liga, con algarabía de un lado y tristeza del otro, claro está, Pablo Crer se cruzó la cancha y fue a saludar a Javier Filardi. Compartieron un breve momento junto a sus pequeños hijos, en paz y sin dudas dejaron la imagen de esta quinta final, una especie de lección después de lo que pasó.
Esta final entre Bolívar y UPCN estuvo empañada durante los cuatro primeros partidos por un clima hostil entre las hinchadas, con la gente y los jugadores y, también, con ciertos momentos entre los protagonistas con cruces subidos de tono con la red de por medio.
Mucho se habló. Mucho se escribió. Y en la previa de este quinto y definitivo partido en Bolívar reinaba cierto miedo por lo que podía pasar. De hecho, se tomaron medidas de seguridad como nunca antes.
Pero así como se puede repudiar lo que sucedió en esos partidos, hoy es digno de destacar el comportamiento de todos, dentro y fuera de la cancha. Tal vez, esa imagen de FIlardi junto a Crer en plena premiación es el resumen de lo que fue esta noche. Pero también hubo más. Aleksiev y Demián González saludaron a sus ex compañeros post partido y en las tribunas tanto el público bonaerense como el sanjuanino respetó el momento de cada equipo: el campeón y el subcampeón.
El folclore estuvo, claro, en el duelo de hinchadas, carteles y demás. Bienvenido todo eso. Pero ahí quedó. Bolívar se consagró campeón y tuvo su merecido festejo y UPCN supo perder, tanto en el caso de las hinchadas como en los jugadores. Un ejemplo de hidalguía por parte de todo UPCN.
Ojalá este último partido sea el que quede en el recuerdo y sirva de ejemplo. Por muchas más finales UPCN-Bolívar como la de ayer.
María Eugenia Candal
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