«Let Volleyball do the talking», el programa que lleva el vóley a la cárcel en Dinamarca

by Solange Didiego
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La Federación de Voleibol de Dinamarca y la Cruz Roja unieron sus fuerzas para el lanzamiento de «Let Volleyball do the Talking», proyecto que lleva el deporte a la cárcel de Vridsløselille, lugar donde alojan a los extranjeros que llegaron al país y cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas.

Desde diciembre de 2015 la prisión abandonada de Vridsløselille aloja a un gran número de personas cuyos pedidos de asilo fueron rechazados por el país. Una experiencia nada fácil para quienes la habitan, que además en la mayoría de los casos no tienen buenas perspectivas de una vida en Dinamarca fuera de los muros de la cárcel: gran parte de ellos serán expulsados y devueltos a su origen. En un intento de intervenir en esa realidad, desde agosto, la Cruz Roja y la federación danesa han creado un proyecto que hace posible que estas personas jueguen al vóley una vez a la semana en un espacio también orientado a que puedan contar sus historias de vida.

«Cuando una persona asilada es llevada a la cárcel danesa y se le notifica por escrito que no es un criminal, es difícil de entender», dijo Thomas Bro-Rasmussen, miembro del Consejo de Administración de la Federación de Voleibol de Dinamarca, que también es voluntario de la Cruz Roja. «Ha habido grandes saltos en el comportamiento, en comparación con las primeras veces que estuvimos aquí» explicó refiriéndose a los reclusos temporales.

Muchos jugadores de vóley de los clubes de los alrededores de Copenhague visitan la prisión una vez a la semana y juegan con los detenidos.  El objetivo de «Let Volleyball do the Talking» (que podría traducirse como ‘Dejemos que el vóley genere la charla’) es dar a estas personas un descanso de sus días monótonos y deprimentes en la prisión. El número de extranjeros que permanecen detenidos puede llegar hasta 60 y pasan la mayor parte del tiempo en sus celdas, sin acceso a Internet y con contacto limitado con sus familias.

«Es un gran éxito», dice Jesper Bertelsen de la Cruz Roja Danesa sobre el proyecto. «Los reclusos ven esto como tiempo libre en un día que en ningún caso es divertido. Están sentados en una prisión y no salen mucho. La actividad y ser capaces de contar sus historias a los voluntarios es una parte importante de esto. Aparte del vóley, hay golosinas y bebidas no alcohólicas, y ellos puedan contar sus experiencias y por qué llegaron a Dinamarca» expresó.

Fuente y foto: CEV

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