Maximiliano Cavanna no jugará la Copa Panamericana. El armador de la Selección informó en forma oficial que no viajará a Colima, México, sede de la competencia para el equipo que dirige Fabián Muraco, quien dio la lista de 14 convocados el pasado lunes. “Es una decisión personal y profesional. Tenía muchas ganas de jugar el torneo, pero la logística que significó la vuelta de Japón y la ida a Colima es imposible de sostener a nivel físico”, aseguró Cavanna a Somos Vóley.
Matías Giraudo viajará como armador, pero en lugar de Ignacio Luengas, quien sufrió un problema físico.
El paso a paso desde Japón, donde disputó la Liga de las Naciones, ayuda a dilucidar los motivos de la decisión, y es el propio jugador quien lo describe: “El lunes arrancamos desde Tokio camino a Abu Dabi, con 10 horas de vuelo a destino. Llegamos, dos horas de espera y de ahí salimos para Milán, otras 8 horas. Llegamos a las 6:00 am y allí me despedí del equipo que se iba rumbo a Cannes. En Milán tuve casi 17 horas de espera para tomar el próximo vuelo, 21:30 rumbo a Barcelona. El vuelo se demoró, salió con retraso (cerca de 23:40) y llegó a Barcelona 1:15 de la madrugada, y eso provocó haber perdido la conexión a Buenos Aires. La compañía Vueling, después de una hora y media, me brindó un taxi a un hotel a 1 hora y media de viaje del aeropuerto. Llegué al hotel a las 4:30 de la mañana y a las 10, por orden de la empresa, un taxi me esperaba para ir al aeropuerto. Mi pasaje marcaba jueves 13, 1:30 horas. Por lo tanto, tenía otras 14 horas en Barcelona hasta hacer embarque”.
En ese contexto Cavanna, que debía llegar el miércoles por la mañana, tomó la decisión de no viajar. “Llegaba a Buenos Aires el jueves 13 a Ezeiza y un rato después tenía que volver a viajar desde Ezeiza, con otras dos escalas más un micro de 3 horas, hasta Colima”, en este caso producto de que la sede de la Copa Panamericana había cambiado.
“Como deportista, me pareció que no era saludable para mí, para mi cuerpo, porque no estaría al máximo de mi nivel y sería un riesgo. Necesitaba descansar, recuperarme y lo primero que solicité es un cambio de pasaje, que no pudo realizarse”, cuenta el jugador surgido en River.
Los pasajes de la Copa Panamericana se emitieron en grupo, por lo tanto el cambio con menos de 24 horas no era una posibilidad para la agencia de viaje. Incluso el traslado interno en micro era una complicación. “Quiero cuidarme; no es de ninguna manera mala predisposición. Volví de Tokio con ganas de ganar la Copa, de revalidar el título del año pasado, pero en estas condiciones era imposible para mí”, sintetiza Cavanna entre sus sensaciones.
Su lugar no será ocupado, aunque Giraudo viajará como armador, pero en reemplazo de Luengas, quien por temas de salud no viajará. En este caso, con cambio de pasaje con certificado médico cubierto tanto por la compañía como por el ENARD.