¿Conoces a Nicole Edelman? Una estadounidense trotamundos del vóley con sangre celeste y blanca

by Sergio Lopez
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Don’t judge a book by its cover. O, en castellano, las apariencias engañan. Una lección que el caso de Nicole Edelman, estadounidense a primera vista pero con ascendencia argentina directa, está llamado a poner a prueba. Por esa aleación bilingüe que la compone y por su presente en el vóley grande del mundo, Somos Vóley fue a buscarla para conocer más de su historia.

La línea de tiempo comienza con Néstor Edelman, integrante de la era más gloriosa de Ferro Carril Oeste, en aquel tramo final de los ’70 y comienzos de los ’80 en los que vestían la casaca verde nombres como Esteban Martínez, Carlos Getzelevich, Hugo Conte y Waldo Kantor. Coco se fue luego a España, en donde jugó por siete años y en donde conoció a Julie. Explica Nicole, una de las dos hijas de la pareja: “Mi mamá es americana, pero estaba estudiando allá cuando conoció a mi papá. Se casaron y se mudaron a Estados Unidos, se instalaron para trabajar y en Atlanta nací yo (N. de la R.: En 1994). Crecí en Colorado, en donde tengo a toda la familia de mi mamá. El resto de la familia, del lado de mi papá, está en Buenos Aires y en Neuquén.”

Néstor Edelman, con la camiseta Nº4 del Esquimo Alisa Aceitunas de Dos Hermanas de España, temporada 1985/1986

Por la combinación de las leyes de uno y otro país, Edelman aplica para la doble nacionalidad desde entonces. La Enmienda 14 de la Constitución de los Estados Unidos establece que quien nazca en su territorio será considerado ciudadano de la nación, mientras que Argentina acepta que un descendiente de un argentino nativo adquiera la nacionalidad si así lo tramita. Aunque su carrera profesional comenzó bajo la bandera de las franjas y las estrellas, la herencia argentina está latente en lo cotidiano: “En casa siempre hablamos castellano, desde que tengo 2 o 3 años, y además hemos viajado muchas veces a visitar a los parientes en Argentina. Casi todos los años desde que tenía 5. Esa conexión con la familia y con la cultura ayuda mucho a mantenerse cerca.”

Si de herencia se trata, Nicole también porta el vóley en las venas, al punto que no hizo falta influencia paterna para que se volcara al deporte: “Empecé a los 11 años. Él no me empujó a nada en particular; sí quería que lleváramos una vida activa así que jugué al fútbol, al básquet e hice gimnasia, hasta que una de mis amigas fue a empezar vóley y ahí me quedé”. Con el apoyo de papá Néstor (devenido incluso en entrenador suyo por un par de años), fue sumando temporadas hasta llegar, en su época de secundaria, a desdoblarse entre el equipo de la Fairview High School, su escuela en Boulder, Colorado, y el del Front Range Volleyball Club. Ahí, ya tenía entrenamiento en seis de los siete días de la semana, pero el rumbo de su vida deportiva estaba claro. “Me fui dedicando de lleno de forma muy natural. Tuve que dejar los otros deportes, pero era tan feliz en la cancha de vóley que no me costó. Fue un amor muy grande de joven”, cuenta.

Su siguiente etapa, la que la moldeó como jugadora, fue en la Universidad de Colorado entre 2012 y 2016, aunque para ese entonces Edelman ya había entrado en el plano internacional como parte de la Selección de Estados Unidos en el Mundial Sub 18 2011 en Turquía. De hecho, ese torneo fue uno de los factores para elegir establecimiento: “Firmé con algunas de las chicas de la Selección, decidimos ir todas juntas. Además, la universidad está muy cerca de mi casa, por lo que ya había empezado a interesarme. En definitiva, Colorado tenía todo para mí: la familia cerca, un nivel educativo muy bueno y en vóley estaba armando equipo para jugar en una liga fuerte. Todo eso se juntó y me decidí por estudiar Finanzas allí.”

Búfalo en acción: Nicole Edelman en su ciclo en la Universidad de Colorado

Sabía Nicole en aquel tiempo que esa era “una decisión de vida muy grande”, una que hoy, en retrospectiva, parece haber sido la correcta. Ser parte de los Búfalos (tal es la mascota de la CU) y asumir el desafío de conducir al equipo en la PAC-12, un torneo de grueso calibre en el que Colorado no había arrancado bien, le allanó el camino a lo que vendría después. Se midió con universidades de renombre mundial (UCLA, Stanford, USC), se metió entre los 30 mejores equipos del torneo de la NCAA, fue capitana en varias temporadas y hasta la describieron en medios de la zona como “una de las mejores armadoras de la historia del equipo”.

Semejante huella amerita una mirada más profunda. Quizás, una descripción ayude a comprender cómo llegó a ser considerada tan valiosa en la universidad: “Como jugadora, diría que tengo mucha pasión y comunicación. Siempre estoy hablando y tratando de dar energía. Si con mi pasión puedo ayudar a la confianza, a apoyar a una compañera o al equipo, es parte de mi trabajo. Para mí es tan importante estar tocando siempre la pelota como comunicar algo en forma efectiva. Y también considero importante que en todos los momentos que uno tiene la chance, tiene que mejorar. Si uno no da todo, es una oportunidad que se pierde. Por eso, siempre estoy buscando que crezca el equipo y también yo misma como jugadora”. Curiosamente, el búfalo en el horóscopo chino significa trabajo y paciencia. Si bien Nicole no porta ese signo según su año de nacimiento, se convirtió en una Búfalo por el vóley y sacó a relucir esas cualidades.

Luego de transitar por su formación y su perfil de jugadora, la trama desemboca en la etapa actual: su carrera profesional. En agosto de 2016, se unió al VFM Franches-Montagnes de Suiza, equipo que en aquella temporada 2016/2017 contó con Florencia Busquets y Carla Castiglione. Ella fue por lo tanto la tercera argentina del plantel, aunque camuflada con su nacionalidad deportiva propiamente dicha, la estadounidense. De aquella primera vez en el exterior, recuerda: “La idea era más que nada ver si me gustaba ese estilo de vida, porque cuando el vóley es tu trabajo, las cosas cambian. Pero nos fue muy bien, terminamos terceras en la liga y como experiencia fue perfecta: un torneo conocido pero que no fue una locura. Algo tranquilo dentro de los que tienen un buen nivel.”

Florencia Busquets con la 16 y Edelman con la 7, en el festejo del VFM de Suiza

“Después de ahí, estaba buscando otro salto”, admite, sin poder esconder ese espíritu de superación de dos párrafos atrás. Allí aterrizó en Logroño, el club multicampeón de España en la rama femenina, para el cual militó en la versión 2017/2018 de la Superliga de ese país. “Ganamos la Supercopa, la Copa de la Reina y la liga, algo que no pasa mucho en la vida. Si es muy difícil ganar un campeonato, imaginate tres. Fue un año muy especial que siempre tendré en el corazón”, rememora.

Actualmente, Edelman subió un peldaño más con su incorporación al Béziers de Francia, el defensor del título nacional en esta temporada 2018/2019 luego de vencer en la final pasada nada menos que al RC Cannes, equipo que hace no mucho supo ser campeón de la Ligue A por 18 ediciones consecutivas. Como campeón francés, Béziers juega además la Champions League y ahí está ella, en la crema y nata del vóley mundial: “Hice otro cambio para mejor. La liga en Francia es muy fuerte y todos los partidos son competitivos. Comparto equipo con jugadoras muy buenas y en la Champions me toca jugar contra las mejores del mundo. No hay palabras para explicarlo, es una oportunidad increíble.”

Triple corona en España con Logroño: Títulos de Supercopa, Copa de la Reina y Superliga

¿Qué le queda por delante, entonces, a esta jugadora que recién en abril próximo cumplirá 25 años? Nicole admite que disfruta mucho viajar y por ahí traza sus objetivos a futuro: “El vóley ha sido una bendición enorme para mí, porque me está llevando a conocer el mundo. Si tuviera la oportunidad, me gustaría jugar en Alemania, Italia o Brasil. Son países que tengo pendientes y, aunque siempre pongo este trabajo y el descanso primero, trato de aprovechar para conocer el lugar en el que estoy. Siento que crezco como persona con cada viaje.”

Muchos de esos viajes, aunque en lo familiar, la han traído en repetidas ocasiones a la Argentina. Y es Argentina, pero en lo deportivo, un tópico inevitable, que finalmente surge en el epílogo de la charla. Ocurre que, a nivel Selección, Edelman participó del ya mencionado Mundial Sub 18 en 2011 y también del Sub 20 2013 en República Checa, pero aún no formó parte del plantel de Mayores de Estados Unidos. ¿Es opción la celeste y blanca? “Muchas de mis mejores amigas me las he llevado de esos Mundiales, así que si pudiera volver a la Selección de Estados Unidos sería una oportunidad muy buena y muy especial. Por otro lado, también sería un honor muy grande y un sueño jugar para Argentina”, suspira Nicole, evidentemente dividida entre sus dos casas, y completa: “Es un tema complicado y realmente lo vengo evaluando todos los años. Siempre mantengo las puertas abiertas.”

Sergio López
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