Matías Sánchez volvió a romper con todos los libretos y por tercera vez fue elegido el mejor del mundo

by Eugenia Candal
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Posiblemente su historia sea redundante, pero no deja de ser un hito lo que sucedió con él que, una vez más, se superó. Más allá del campeonato del mundo, lo más importante, consagratorio y resonante de este grupo Sub 23, él volvió a ser el mejor en su rubro, al igual que cuando era Menor en 2013 y cuando fue Juvenil en 2015.

Matías Sánchez lo hizo una vez más. En un vóley en el que cada día se prioriza más la altura, sobre todo en las categorías más grandes, gaziantep escort él (con su 1,73 metros) volvió a dar que hablar. Argentina tuvo un destacado rendimiento a nivel grupal con el armador siendo una de las pieza clave para llegar tan lejos.

A la hora de contar las expectativas previas al viaje a Egipto, el armador sanjuanino dijo: “Fuimos con las mejores expectativas, pero sabíamos que no iba a ser fácil. Teníamos en la zona a Rusia e Irán, que eran dos equipos que iban en búsqueda del título”.

Y ya con el campeonato del mundo alcanzado y el sueño cumplido, Sánchez se emocionó: “Es algo increíble, no caigo aún y me pregunto en qué momento me voy a despertar. Es algo soñado que se hizo realidad y creo que no tiene comparación con nada”. Y luego agregó: “Lo mejor para ser campeón fue el equipo, no hubo individualidades y realmente jugamos en equipo”.

Esta camada que viene trabajando desde 2011 tuvo que esperar hasta 2016 para festejar su primer título a pesar de haber llegado a todas las finales sudamericanas (Pre Menor, Menor, Juvenil y Sub 22) e, incluso, la final del Mundial 2015. Justamente, en ese torneo se les escapó una final increíble contra Rusia. En 2016 salieron campeones de la Copa Panamericana Sub 23 en Guanajuato, campeonato en el que lograron el pasaje a Egipto.

Al momento de explicar qué se le pasó por la cabeza en el momento sagrado del Himno Nacional en la premiación, Sánchez dijo: “Era puro festejo. Cuando cantamos el himno gritando ´Somos campeones´ fue como tocar el cielo con las manos. Lo disfrutamos mucho sin poder creer lo que estábamos viviendo”.

En el 2013, con apenas 16 años, Matías Sánchez jugó el Mundial Menor y causó tal sensación que los equipos que jugaron dicho mundial no se cansaban de felicitarlo y de demostrarle su admiración. Argentina quedó sexto y él se llevó el premio del mejor armador.

Ahí ya surgieron las dudas si en etapas de juveniles podría seguir haciendo diferencia. Y fue al Mundial Juvenil en México y nuevamente se consagró como el mejor de su rubro y fue subcampeón del mundo. Y otra vez los mismos interrogantes cuando subió al escalón de la categoría Sub 23.

El cierre de la etapa de selecciones de base no pudo haber sido más perfecto. Campeón del mundo y una vez más, mejor armador para completar un triplete inédito en la historia nacional en participaciones de mundiales de base.

“En el del 2013 era muy chiquito y me sorprendí mucho porque no habíamos entrado a semis. En 2015 fue raro porque tenía una sensación muy amarga del partido que se nos escapó y tenía mucha bronca, quería salir campeón. Y ahora yo quería el título y si venía el premio, bienvenido sea. Cada uno de esos premios fueron gracias al equipo que me ayuda y nos ayudamos mutuamente para que nos vaya bien”.

Los jugadores de la camada ’95-’96 terminaron su ciclo de selecciones de base de la manera soñada y el futuro inmediato de cada uno de ellos pasa por la Liga que se viene. “Siempre es un sueño jugar en la Selección Mayor, pero ahora hay que pensar en jugar bien con el club y eso va de la mano con llegar a la Selección. Soy chico y no es un tema que me preocupe ahora. También sé que hay muchos y muy buenos jugadores que no siempre llegan a la Selección”.

María Eugenia Candal
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