Daniel Lecouna, un PF de trayectoria internacional que supera la pérdida de un amigo

by Martín De Rose
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Daniel Lecouna es uno de esos argentinos por el mundo que, en un repaso por su carrera, sumó triunfos y logros extraordinarios, muchas veces sin la visibilidad que podríamos aportar los medios especializados, muchas otras en el detrás de escena de logros de otros argentinos como Daniel Castellani o Miguel Ángel Falasca.

Preparador físico durante el Campeonato Mundial de Argentina 2002, en aquel evento inolvidable y extraordinario, recorre el mundo desde hace años. Su último trabajo en la Argentina fue en UPCN de San Juan, con Fabián Armoa como entrenador, hasta que partió rumbo a Europa después de dos temporadas hasta 2010.



Días atrás el vóley se sacudió por la triste noticia de la muerte de Miguel Falasca (Juntos en la foto), argentino nacionalizado español quien trabajaba en el Monza femenino de Italia. Junto a él, Lecouna seguía un camino de amistad, logros y profesionalismo en su máxima expresión.

Todo estaba listo para la continuidad de Falasca en Monza, hasta su inesperada muerte en las últimas semanas. “No tendremos la oportunidad de seguir recorriendo este hermoso camino juntos”, cuenta Lecouna. “El vóley perdió un entrenador, yo perdí un amigo, un confidente, un hermano. Miguel era una persona extraordinaria, capaz de potenciar a todos los que lo rodeaban, un ser humano distinto, carismático. Un entrenador muy capaz que intentaba aprender siempre cosas nuevas, con muchísimas convicciones. Un gran conocedor del juego y de las personas que lo juegan. Era un ser brillante desde todo punto de vista. Los últimos 9 años de nuestras vidas los pasamos juntos, su familia y la mía; cumpleaños, fiestas, vacaciones, triunfos, derrotas, proyectos, mudanzas, el ver crecer a nuestros hijos. Estando lejos de tu país este tipo de relaciones familiares son muy importantes. Nos habíamos convertido en una sola familia. Lamento muchísimo la muerte de Miguel, es algo que me ha hecho redefinir la tristeza”.

A sus 54 años, Lecouna tenía contrato firmado con el club, pero asegura que “va a ser extraño trabajar sin Miguel”.

Una recorrida junto a un preparador físico de prestigio, mientras sigue adelante:

– ¿Cuál sentís que fue el máximo desafío de tu carrera en el vóley?
– Es una respuesta difícil de contestar, pienso en uno en particular y me vienen un montón de momentos a la cabeza. El haber sido parte del staff  al mando de Carlos Getzelevich en el Mundial de Argentina 2002, teniendo a un montón de jugadores importantes en ese plantel y con todas las presiones que había en ese momento, ése fue un hermoso desafío, pero sin dudas creo que el haber trabajado en Polonia con Daniel Castellani fue el desafío más grande que tuve, primero porque no sabía si estaba a la altura para afrontar ese trabajo y segundo porque no manejaba otro idioma, y para mí la comunicación es muy importante. Sin embargo, renuevo los desafíos con cada oportunidad.

– ¿Desde Polonia se abrió el camino de Europa?
– Yo pienso que la confianza de Daniel Castellani me abrió Europa, además tuvimos la fortuna de ganar el Europeo del 2009 en Turquía con la selección de Polonia y eso creo que también colaboró mucho. Después tuve la suerte de iniciar a trabajar en el Skra de Belchatow, que era un equipo muy fuerte en Polonia y en toda Europa y eso también de alguna manera me hizo más visible, ya que con ese equipo ganamos campeonatos y copas en Polonia y tuvimos la oportunidad de jugar la final del Mundial de Clubes y la final de la Champions. Después tuve la enorme fortuna de conocer a Miguel Falasca, y cuando él comenzó su carrera de entrenador me dio la oportunidad de seguir primero en el Skra (cuando él comenzó su carrera) y después para seguir en Italia, en Monza, los dos primeros años con el equipo de varones de A1 y el último año con el equipo femenino de la misma ciudad, el Saugella. 

– ¿Sentís nostalgia de trabajar en la Argentina?
– No sé si la palabra es nostalgia; yo tengo la suerte de poder hacer este hermoso viaje siempre en compañía de mi familia y eso hace las cosas mucho más fáciles, sin ellos todo esto que me pasó no hubiera ocurrido. Extraño cosas de la Argentina, tanto en lo laboral como en lo personal, pero la verdad que acá laboralmente estoy bien, tengo buenas condiciones de trabajo.

Lejos de su país, donde inició a trabajar en Ferro allá por 1991 con Daniel Tarando como entrenador, pero cerca del epicentro del vóley mundial, Lecouna se declara “afortunado de poder trabajar” allí, junto a su familia, con mucha gente en Argentina pendiente de su realidad que “sostiene emocionalmente para que estar lejos sea menos difícil”.

Volver a la Argentina dependerá de muchas condiciones. “Soy un afortunado de la vida”, dice. “Trabajo de lo que me gusta, quizás en el mejor lugar en donde se juega al vóley, y el pensar en abandonar esto no es fácil. Acá parecería que el proyecto que persigue la sociedad en la cual trabajo es ambicioso, ellos me quieren, así que estamos juntos. Nunca fui una persona de planificar demasiado mi futuro, las cosas se fueron dando y las fuimos afrontando como se podía”.

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