Un nuevo récord en el vóley nacional: Alejandro Saadía, a los 45 años participando de una Liga A1

by Eugenia Candal
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Alejandro Saadia tiene 45 años y después de una larga y exitosa trayectoria juega en Once Unidos de Mar del Plata. Batió las marcas de Hugo Gatti, Juan Espil y Hugo Conte. “Ya pasó la época de competir, de vivir de esto. Hoy es disfrutarlo”, le cuenta a Clarín.

Decir Hugo Orlando Gatti es hablar de uno de los mejores arqueros de todos los tiempos en el fútbol argentino. Pensar en Juan Espil es recordar a uno de los mejores escoltas de la historia del básquet nacional. A ambos los hermanaba un récord que vino a romper un hombre con menos cartel pero más vigencia: Alejandro Saadia, jugador de Once Unidos de Mar del Plata que, a los 45 años, acaba de terminar su participación en la Copa RUS Argentina de vóleibol con la marca de ser el jugador más veterano de la historia en las ligas masculinas de los tres deportes profesionales por equipos que tiene el país.

La caída con Paracao Vóley de Paraná, Entre Ríos, en las semifinales del certamen impidieron que Saadia y Once Unidos fuesen por la gloria en el debut del club en la máxima categoría, pero no empañaron una muy buena actuación que dejó al experimentado central con sensaciones más que positivas.

«Seguimos sumando un montón, estamos mucho mejor como equipo. Jugamos a más alto nivel que en la Liga A2 del año pasado. Teníamos bastante incertidumbre por el nivel que suponía la Liga A1, por cómo nos iba a ir -admite en diálogo con Clarín-. Pensábamos que quizás nos iban a matar todos los equipos y no fue así, ni siquiera con UPCN nos sentimos ampliamente superados. Creo que el balance es muy bueno, los pibes reaccionaron bárbaro, jugaron muy buenos partidos. Así que muy contento e ilusionado con el desempeño del equipo».

A los 45 años y casi tres meses (nació el 28 de agosto de 1975), Saadia tiene un largo recorrido en el vóley. En Argentina se dio el gusto de ser campeón con Náutico Hacoaj en la temporada 1999/2000 y también celebró en Israel, donde pasó varios años.

La marca que consiguió es muy particular y lo catapultó a la historia de los deportes colectivos argentinos. Incluso en la actualidad, con todos los progresos que ha habido en la preparación deportiva y que han extendido la vida útil de los atletas, encontrar un deportista de 45 años es una curiosidad.

A Alejandro no le es ajena la situación. «Estaba al tanto del récord, sí, pero no me lo estaba tomando como un objetivo ni vine a jugar por eso. Yo tenía ganas de ayudar al club, a este grupo humano que está buenísimo, al proyecto. Y además tenía ganas de jugar, que me encanta», asegura convencido.

Para él, incluso, es significativo haber superado no sólo a Gatti y a Espil, sino también a uno de los históricos del vóley argentino. «Sé que hubo veteranos que han jugado, como Hugo (Conte), que jugó hasta los 43».

Efectivamente, Saadia tiene el dato correctamente, aunque en la máxima categoría el ícono jugó hasta los 42 años (luego participó de la Liga A2). En ese sentido, se dio una situación todavía más particular: Conte está en Mar del Plata -donde se desarrolla la «burbuja» de la Copa RUS Argentina- como comentarista televisivo y también frecuenta las instalaciones Diego Arribas, director de Competencias en la ACLAV, quien llegó a jugar con la misma edad que el Tuister en la A1. Ambos, ahora, son testigos del récord de Saadia.

La puesta a punto para los partidos, claro, no es la misma que en su momento. Por los avances en la preparación física tanto como por la edad. Cuenta Alejandro: «Obviamente no puedo entrenar al ritmo de los chicos; lo hago menos, con diferenciado, para llegar a los partidos y poder rendir. No puedo tener la misma intensidad todo el tiempo. Me cuido también con la alimentación, elongo mucho; siempre me cuidé, pero ahora más que nunca».

Es todo un desafío para él en el marco de la competencia si se tiene en cuenta, por ejemplo, que se está desempeñando en un equipo cuyo promedio de edad es de 23,7 años. Por caso, cuando él ya tenía 20 años la gran mayoría de sus compañeros ni siquiera había nacido.

«Somos de generaciones muy distintas; ni mejor ni peor, simplemente muy diferentes. La llegada a los jugadores es distinta, la comunicación y la tecnología hicieron que cambie mucho esto», afirma el central, que también pondera esos avances que permitieron encarar el juego de otra forma: «Hay muchas herramientas de estadística que generan un montón de información que el jugador recibe, eso antes no funcionaba así. Ayuda muchísimo para jugar».

La gran pregunta que se impone -sin ánimos de retirarlo, claro- es cuánto más durará este camino. Y Alejandro, fiel a su estilo, no se pone fecha de vencimiento sino que disfruta el trayecto sin mayores preocupaciones.

«Me encanta jugar, por eso lo hago; no se trata de necesidad sino de pasarla bien. Me da mucho placer y encontré un grupo que me hace disfrutar un montón. Si no lo estuviese viviendo así, no lo estaría haciendo. Ya pasó la época de competir, de vivir de esto. Hoy es disfrutarlo. Estoy muy cómodo con el rol en el equipo, el del jugador con experiencia compartiendo sus vivencias con un grupo de chicos muy talentosos que tienen mucho por delante. Estoy pasándola muy bien en esta liga», asegura con una sonrisa inoxidable, como su juego.

Fuente Clarín

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